Hoy no soñé ya contigo, no fuiste lo primero en lo que pensé cuando desperté, no me pregunté dónde estarías o qué estarías haciendo, tampoco me pregunté si estarías pensando en mí, tal vez porque yo no pensaba en ti.
Sin embargo esta tarde alguien me hizo recordarte, una conversación, y me pregunté dónde estarías, aunque también recordé que no tenía ningún derecho a estar interesada. La conversación continuó y me arrancó sonrisas, después alguien se cruzó por el pasillo y me las robó.
Es difícil hablarte de esto, hablarte de mí, porque no se qué tan interesado estés en ello. En algún momento pensé que sí, después me desengañé, y ahora no tengo idea. Está claro que me cuesta comprenderte, varias son las razones. De tu boca no salen palabras, tú hablas con la mirada.
Y esto llega a ser confuso, porque cuando te decides a hablarme dices una cosa, pero con la mirada dices otra. Oh tal vez soy yo y mi paranoia, pero no…yo siento tu mirada.
Y decido no voltear, porque las pocas veces que lo hago encuentro tus ojos, y en ellos veo cosas que tu no quieres mostrarme.
Publicar un comentario